Sanar el útero es volver a casa.
Es permitir que la memoria ancestral que habita en nuestro vientre se exprese, llore, suelte y finalmente renazca.
La sanación del útero ya sea física o energética, es un acto profundo de amor hacia nosotras mismas.
Es una limpieza sutil y poderosa que libera huellas de abuso, dolor, silencios heredados, mandatos, miedos y maltrato —no sólo propios, sino también de nuestras madres y abuelas.
Al liberar esas memorias, comenzamos a recordar quiénes somos: mujeres cíclicas, intuitivas, creadoras.
Sanar el útero es también reconciliarnos con nuestra sangre, con nuestra luna, con ese flujo que durante tanto tiempo fue negado, ocultado o vivido con vergüenza.
Es honrar el pulso de la Tierra en nuestro cuerpo. 🌹
Este proceso nos devuelve a nuestra energía femenina más pura y esencial.
Nos invita a entrar en ritual, en presencia, en escucha.
A hablarle a nuestro útero, a sostenerlo con nuestras manos, a danzar con él, a ofrendarle flores, fuego o cantos.
Sanar el útero es recordar que en nosotras habita un templo. Y que, al encender su llama, también encendemos la de todas las que vinieron antes… y de todas las que vendrán.

Una variante del Reiki tradicional enfocada especialmente en la energía femenina. Ideal para mujeres, pero también para hombres que desean reconectar y sanar su polaridad femenina.

Ceremonias sagradas, individuales o colectivas, que permiten armonizar, sanar y despertar la energía femenina, reconectándonos con la sabiduría de nuestro útero y nuestra ciclicidad.

Herramienta profunda y amorosa sostenida por la frecuencia de Madre María y la Hermandad de la Rosa. Envuelve y cobija el alma en un acto de profunda contención y sanación espiritual.

Espacios sagrados, seguros y amorosos —presenciales o virtuales— donde cada mujer es escuchada, contenida y validada en su verdad. Un encuentro entre hermanas, un volver a casa.

Una técnica de autoconocimiento y transformación personal. A través de un lenguaje claro y amoroso, nos guía hacia la comprensión de nuestros procesos internos.

Liberación de patrones ancestrales heredados que condicionan nuestras vidas. Al honrar y sanar nuestras raíces, abrimos espacio para vivir con mayor libertad y autenticidad.

Sistema de sanación energética que trabaja la integración y equilibrio de nuestras energías femenina y masculina. Activa el flujo vital, despertando la fuerza creadora y sanadora interior.
✨ Reiki Tradicional
Sistema de canalización de la energía vital universal, transmitido por Mikao Usui. Favorece la armonización integral del ser, facilitando la conexión con la sabiduría interna y el equilibrio energético.
🌸 Flores de Bach
Sistema de 38 esencias florales descubierto por el Dr. Edward Bach. Actúan sutilmente sobre los estados emocionales, acompañando los procesos de sanación con suavidad, conciencia y amor.
🏡 Limpieza energética de espacios
Sesiones destinadas a armonizar los lugares que habitamos. Esta práctica complementa y potencia el trabajo individual, creando entornos más livianos y propicios para el bienestar.
🌀 Prácticas de integración y apoyo
Incluyen meditaciones guiadas, danza y respiración conscientes. Herramientas que invitan a enraizar, liberar, habitar el cuerpo y expandir la conciencia desde la experiencia vivencial.
En mis sesiones me muestro tal cual soy: con mis logros, con mis luces y también con mi vulnerabilidad. Ninguna sesión es igual a otra, porque ni yo soy la misma, ni vos tampoco. Y según la energía disponible, se van desplegando mis dones y virtudes como sean necesarios.
A veces soy rebelde, otras más espontánea, más empática, o brutalmente honesta. A veces, callada y simple. Y otras, más locuaz. No vengo a enseñarte nada, ni a maternarte porque esa voz ya vive en vos.
Vengo a acompañarte, desde la escucha activa, desde la empatía, desde la experiencia de haber transitado ese mismo lugar. No te prometo oro ni espejitos de colores.
Sí te prometo estar 100% presente durante el tiempo que dure la sesión. Compartirte herramientas que sé que hacen bien, porque hace años me sostienen, y sigo volviendo a ellas cada vez que lo necesito.
Porque sí, mi vida también es una montaña rusa. Como la tuya. A veces estamos arriba, otras abajo. Pero eso no nos hace menos sagradas. Al contrario: nos hace más conscientes de nuestro proceso, y nos permite habitar la vida con más plenitud.